He pasado 13 veranos trabajando en campamentos de verano, tanto como personal de verano como a tiempo completo. El verano pasado, mi hijo tuvo por fin edad suficiente para ser campista de día. Y me entró el pánico. ¿Y si se perdía? ¿Y si no se dan cuenta de que se ha escapado? ¿Y si tiene problemas en la piscina? ¿Y si no hace nuevos amigos? ¿Y si fracasa en algo y eso le entristece? La realidad era que mi hijo estaba preparado para el campamento, pero yo no.
Preguntarse si su hijo está preparado para el campamento es una pregunta perfectamente válida, pero igual de válida (y quizá más) es preguntarse si USTED está preparado para que su hijo vaya al campamento. En un campamento, los niños van a conocer nuevas actividades, nuevas experiencias, nuevas personas y, con ello, van a enfrentarse a nuevos retos. El campamento adecuado con el programa adecuado va a mantener a su hijo adecuadamente desafiado y le animará a lo largo del camino. Pero parte del poder del campamento es el reto que supone para el campista salir de su zona de confort para aprender y crecer en un entorno seguro. Así que, mamá, papá, abuelo, tutor ......¿Estás listo para que tu campista experimente eso? ¿Estás listo para dejarles crecer en un lugar seguro que les desafiará de una manera apropiada y alentadora? ¿Estás preparado para que aprendan a ser resistentes, perseverantes y valientes?
Si está preparado -¡y espero que lo esté! - ayúdele a introducir la idea del campamento a su hijo. ¿Se trata de un campamento de día? ¿Van al colegio durante el día y están acostumbrados a que alguien de fuera de casa les dé instrucciones y les guíe? Es probable que estén preparados para un campamento. ¿Reciben educación en casa y nunca han pasado un día entero fuera de casa? Pida una visita guiada al campamento y lleve a su hijo. Permítales quedarse a comer en casa de familiares o amigos. Ayúdeles a prepararse para lo que puede ser un campamento de un día lejos de usted. ¿Y los campamentos con pernocta? Puede que su hijo ya haya pernoctado en algún campamento, o puede que no. Es posible que su campista esté preparado y pueda vivir una experiencia excelente. Pregunte en el campamento cómo forman a los monitores para trabajar con campistas que añoran su hogar, cómo tratan la enuresis y cuál es el ratio de campistas por monitor. El personal debe querer colaborar con las familias para ayudar a sus hijos a tener éxito en el campamento. Creemos en el poder del campamento, y eso significa que los niños se sientan cómodos, quieran quedarse y duerman bien.
Una vez trabajé con un campista que pasaba la noche en el campamento por primera vez fuera de casa. Echaba mucho de menos su hogar. Hablé con su madre y su padre, les pregunté cómo era su rutina a la hora de dormir en casa y cómo podíamos animarle a quedarse. Basándome en esa conversación, pude encontrar a su hermana mayor, que le dio un fuerte abrazo y le animó a quedarse. Luego les llevé a este campista y a sus monitores un gran vaso de leche con chocolate, algo que él tomaba todas las noches en casa antes de acostarse. El niño lloroso y asustado que trajeron a mi despacho salió esa noche con sus monitores con confianza y valor. Me alegro de que no nos diéramos por vencidos, y me alegro de que sus padres tampoco lo hicieran.
Es probable que su hijo esté preparado para el campamento... ¿y usted?